El pterigión es un crecimiento anormal de tejido en la esquina del ojo, cerca de la raíz de las pestañas que con el tiempo invade la cornea. Es una afección común y suele ser benigna, pero puede ser incómoda y causar problemas de visión si no se trata. El pterigión se desarrolla a partir de una degeneración de la conjuntiva, la membrana mucosa que recubre el ojo y la esclera.
Sintomas
Los síntomas del pterigión incluyen picazón, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño en el ojo, visión borrosa, y dolor ocular. Aunque el pterigión puede ser causado por factores ambientales como la exposición al sol, el viento y el polvo, también se ha relacionado con una serie de factores de riesgo como la exposición a radiación UV, el tabaquismo, la mala nutrición, y la falta de lágrimas.
Tratamiento
El tratamiento del pterigión depende de la gravedad de la afección y de los síntomas que presente el paciente. En casos leves, el tratamiento puede incluir la aplicación de ungüentos lubricantes y la evitación de factores desencadenantes. Sin embargo, en casos más graves o que afecten la visión, la cirugía puede ser necesaria para eliminar el crecimiento anormal de tejido.
La cirugía para el pterigión se realiza bajo anestesia local y suele ser un procedimiento ambulatorio. Durante la cirugía, el cirujano extirpa el crecimiento anormal de tejido y repara la área afectada con una técnica de injerto conjuntival. El injerto se realiza utilizando una pequeña porción de tejido de la conjuntiva del paciente, que se coloca en la zona afectada para reemplazar el tejido dañado.
Después de la cirugía, es importante seguir las instrucciones del cirujano para asegurar una recuperación rápida y sin complicaciones. Es probable que se requiera un curso de antibióticos y antiinflamatorios para prevenir infecciones y reducir la inflamación. El paciente también debe evitar la exposición al sol y usar gafas de sol durante el período de recuperación.
En general, el tiempo de recuperación después de la cirugía de pterigión es de alrededor de una semana. Durante este tiempo, el paciente puede experimentar sensación de incomodidad, enrojecimiento y visión borrosa. Sin embargo, estos síntomas suelen desaparecer en poco tiempo y la visión suele mejorar significativamente después de la cirugía. Es importante seguir las instrucciones del cirujano y hacer seguimiento con el oftalmólogo para asegurar una recuperación óptima.