La tiroides es una glándula pequeña con forma de mariposa que se encuentra en la parte delantera del cuello y es esencial para que el metabolismo funcione correctamente. Las hormonas tiroideas controlan la forma en que su cuerpo usa la energía, por lo que afectan a casi todos los órganos de su cuerpo, incluso la forma en que late su corazón.
Produce principalmente dos hormonas: triyodotironina (T3) y tiroxina (T4), que controlan el equilibrio hormonal dentro del cuerpo. Si se interrumpe este equilibrio, todo el metabolismo se ve afectado.
Dos tipos de enfermedad de la tiroides:
- Hipertiroidismo: producción excesiva de hormonas
- Hipotiroidismo: producción insuficiente de hormonas
El hipertiroidismo se manifiesta como una aceleración de la mayoría de las funciones corporales. En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficientes hormonas. Por lo tanto, la producción de lágrimas se reduce. No olvides que las lágrimas ayudan a proteger, humedecer, lubricar e incluso limpiar los ojos. Si se producen suficientes lágrimas, los ojos se secarán y pueden aparecer síntomas de ojo seco.
La enfermedad de Graves es una enfermedad autoinmune que suele estar relacionada con el hipertiroidismo pero que también puede afectar a personas con hipotiroidismo. En la inflamación de Graves y otros eventos del sistema inmunológico afectan los músculos y otros tejidos alrededor de los ojos. La enfermedad de Graves es causada por un mal funcionamiento en el sistema inmunológico del cuerpo que combate las enfermedades. Se desconoce por qué sucede esto.
El sistema inmunitario produce anticuerpos diseñados para atacar un virus, bacteria u otra sustancia extraña específica. En la enfermedad de Graves, por razones desconocidas, el sistema inmunitario produce un anticuerpo contra una parte de las células de la glándula productora de hormonas en la glándula tiroides del cuello. Con la enfermedad de Graves, su sistema inmunológico ataca su glándula tiroides, lo que hace que produzca más hormonas tiroideas de las que su cuerpo necesita. Como resultado, muchas de las funciones de su cuerpo se aceleran.
Aunque la enfermedad de Graves puede afectar a cualquiera. Los objetivos principales del tratamiento son reducir la cantidad de hormonas tiroideas que produce el cuerpo y disminuir la gravedad de los síntomas.
Los signos y síntomas comunes de la enfermedad de Graves incluyen:
- Ansiedad e irritabilidad
- Un temblor fino de las manos o los dedos
- Sensibilidad al calor y aumento de la transpiración o piel caliente y húmeda
- Pérdida de peso, a pesar de los hábitos alimenticios normales.
- Agrandamiento de la glándula tiroides (bocio)
- Cambio en los ciclos menstruales
- Disfunción eréctil o disminución de la libido
- movimientos intestinales frecuentes
- Ojos saltones (oftalmopatía de Graves)
- Fatiga
- Piel gruesa y enrojecida generalmente en las espinillas o la parte superior de los pies (dermopatía de Graves)
- Latidos cardíacos rápidos o irregulares (palpitaciones)
- Alteración del sueño
- Sensación arenosa en los ojos.
- Presión o dolor en los ojos
- Párpados hinchados o retraídos
- Ojos enrojecidos o inflamados
- Sensibilidad a la luz
- Visión doble
- Pérdida de la visión
Otro síntoma de la enfermedad de Graves es la inflamación de los músculos y tejidos detrás del globo ocular. Por lo tanto, los ojos se empujan hacia adelante, evitando que los párpados parpadeen por completo. El parpadeo juega un papel fundamental para mantener los ojos hidratados y por tanto para limitar el ojo seco.
Aunque cualquier persona puede desarrollar la enfermedad de Graves, muchos factores pueden aumentar el riesgo de enfermedad:
- Historia familiar.
- Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar la enfermedad de Graves que los hombres.
- La edad. La enfermedad de Graves generalmente se desarrolla en personas antes de los 40 años.
- Personas con otros trastornos del sistema inmunitario, como diabetes tipo 1 o artritis reumatoide.
- Estrés emocional o físico. Los eventos estresantes de la vida o la enfermedad pueden actuar como desencadenantes de la aparición de la enfermedad de Graves entre las personas que tienen genes que aumentan su riesgo.
- El embarazo.
- Fumar cigarrillos, que puede afectar el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de enfermedad de Graves.
¿Cómo diagnostican los médicos la enfermedad de Graves?
- Análisis de sangre.
- Prueba de captación de yodo radiactivo. Esta prueba mide la cantidad de yodo que la tiroides absorbe del torrente sanguíneo para producir hormonas tiroideas. Si su tiroides absorbe grandes cantidades de yodo, es posible que tenga la enfermedad de Graves.
- Exploración de tiroides. Esta prueba, a menudo realizada junto con la prueba de captación de yodo radiactivo, muestra cómo y dónde se distribuye el yodo en la tiroides. Con la enfermedad de Graves, el yodo aparece en toda la glándula.
- Medición Doppler del flujo sanguíneo NIH external link. Esta prueba, también llamada ecografía Doppler, utiliza ondas sonoras para detectar un aumento del flujo sanguíneo en la tiroides debido a la enfermedad de Graves. Su médico puede ordenar esta prueba si la absorción de yodo radiactivo no es una buena opción para usted, como durante el embarazo o la lactancia.
Su médico tomará su historial médico y realizará un examen físico para buscar signos de la enfermedad de Graves. Para confirmar un diagnóstico de enfermedad de Graves, su médico puede ordenar una o más de estas pruebas de tiroides
Algunos consejos para controlar la sequedad ocular
- Uso de lágrimas artificiales en forma de gotas para los ojos. Mantén tus ojos hidratados, para compensar la falta de lágrimas naturales.
- La higiene diaria de los párpados es importante.
- Calienta tus párpados con una mascarilla tibia o compresas tibias. Durante 10 a 15 minutos.
- Trate de proteger sus ojos de factores externos. El viento, el sol y el humo son causas del ojo seco.
- Asegúrese de parpadear completa y regularmente. Esto ayudará a extender correctamente la película lagrimal y así mantener los ojos hidratados. Debería parpadear unas 15 veces por minuto. 1 parpadeo cada cuatro segundos
- Hidrátate. Asegúrate de beber mucha agua. Un cuerpo bien hidratado es un cuerpo sano, lo mismo ocurre con los ojos. Si tu cuerpo está bien hidratado, tus ojos también lo estarán.
- Las gafas de sol pueden ayudar con la sensibilidad a la luz.