Los lentes se adaptan al estilo de vida de las personas.
Las lentes monofocales son aquellas que tienen la misma graduación en toda la superficie. Con ellas se puede corregir cualquier error refractivo o ametropía como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia proporcionando una mayor relajación visual.
Las lentes bifocales cuentan con corrección para visión lejana y cercana, pero no para visión intermedia. Es decir, pasan de un campo de visión a otro de forma abrupta, con un “corte” o un “salto”. Como consecuencia de esto, ofrecen una visión poco natural. Las lentes bifocales eran una buena solución para las personas con vista cansada hasta que aparecieron las lentes progresivas.
Los lentes progresivos te proporcionan una visión natural de lejos, intermedio y cerca.
El tratamiento anti-reflejante, mantiene los ojos relajados evitando incómodos reflejos.
Recuerda de limpiar tus lentes todos los días con un poco de agua y jabón liquido para cuidarlos de las huellas, arañazos, polvo y salitre. Esta adición no sólo mejora la calidad óptica de los lentes, sino que también aumentan su resistencia y durabilidad.